Hemos realizado improvisaciones, me parecía algo difícil, pero creo que poco a poco me relajo mas y me conecto con lo que me toca representar… creo que me invade una sensación de temor por querer hacerlo muy bien y eso me vuelve rígida, al final no es cuestión de hacerlo bien sino de centrarse y concentrarse en lo que se está representando, me sirve conectarme con recuerdos emotivos, imaginarme que sentirá una persona si de verdad fuera eso que representa, que pasaría si tengo hambre y no tengo para comer, que sería capaz de hacer, hasta donde llegaría, que pasaría si fuera una prostituta, una ama de casa, un ladrón, un mendigo, una celestina, una princesa… que sería de mi siendo huérfana, o villana…. En teatro vale lo real y lo real se logra sintiendo….
Creo que en la vida real montamos una constante escenografía, representamos diferentes personajes, iluminamos, musicalizamos, hacemos dramas, tragedias, comedias… el teatro me permite sacar todas las emociones las negativas, las positivas y me doy cuenta que todas son valiosas, que por haberlas sentido alguna vez soy quien soy, por experimentarlas y atravesarlas estoy viva…. Nadie es tan bueno ni tan malo, todos tenemos nuestros propios ángeles y demonios, y es allí en las tablas donde no nos podemos esconder. El teatro nos expone, ilumina nuestra vulnerabilidad… algunos de los instructores un día nos dijo, el teatro cambia la forma de ver la vida, al salir de este taller serán otros…
Me queda grabado que en teatro no hay nada feo, solo es feo lo que no es real… y pareciera que existe una conexión de energía entre los personajes que interactúan e incluso con el público, no existe un lugar menos apropiado para esconder algo que en una representación teatral… y es que acaso no sucede también en la vida? cuando engañamos, a quien engañamos verdaderamente?
Con Carolina Gentile nos tocó hacer una representación de un ritual indígena y por primera vez me surgió del alma un canto sentido, que creo nació de un ser que no es mi Patricia de todos los días, luego vino el desastre de presentar una representación del Teatro Coliseo, para escenificar el teatro en la época colonial… y fue particularmente desastrosa esa presentación, nadie se puso de acuerdo, un hubo preparación previa y el resultado fue nada gratificante…
Creo que en la vida real montamos una constante escenografía, representamos diferentes personajes, iluminamos, musicalizamos, hacemos dramas, tragedias, comedias… el teatro me permite sacar todas las emociones las negativas, las positivas y me doy cuenta que todas son valiosas, que por haberlas sentido alguna vez soy quien soy, por experimentarlas y atravesarlas estoy viva…. Nadie es tan bueno ni tan malo, todos tenemos nuestros propios ángeles y demonios, y es allí en las tablas donde no nos podemos esconder. El teatro nos expone, ilumina nuestra vulnerabilidad… algunos de los instructores un día nos dijo, el teatro cambia la forma de ver la vida, al salir de este taller serán otros…
Me queda grabado que en teatro no hay nada feo, solo es feo lo que no es real… y pareciera que existe una conexión de energía entre los personajes que interactúan e incluso con el público, no existe un lugar menos apropiado para esconder algo que en una representación teatral… y es que acaso no sucede también en la vida? cuando engañamos, a quien engañamos verdaderamente?
Con Carolina Gentile nos tocó hacer una representación de un ritual indígena y por primera vez me surgió del alma un canto sentido, que creo nació de un ser que no es mi Patricia de todos los días, luego vino el desastre de presentar una representación del Teatro Coliseo, para escenificar el teatro en la época colonial… y fue particularmente desastrosa esa presentación, nadie se puso de acuerdo, un hubo preparación previa y el resultado fue nada gratificante…
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